La reflexión iba arrastrandose por los rincones de su subconciente queriendo hacerse visible. Tras hacerse paso entre el caos provocado por sus lamentos, inundó su mente. Esto es lo que, de manera simplista, pensó el Consejero: "Las cosas son como son, no como quiero que sean. ¿Por qué sufrir?, debo aceptar la realidad y seguir adelante."